jueves, 25 de septiembre de 2008

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Crónicas de este Universo dijo...

Antares
Su nombre deriva del griego anti Ares y significa el rival de Ares o el opuesto a Ares, debido a su color rojizo, por el cual rivalizaba en el cielo nocturno con el planeta Marte, llamado Ares en griego. Su distintivo color rojizo ha hecho de ella un objeto de interés en muchas sociedades del pasado. Está situada en el centro de la constelación de Scorpio, lo cual explica su otro nombre, de origen árabe, Kalb al-Akrab (el corazón del escorpión). Muchos de los templos egipcios están orientados de tal manera que la luz de Antares tenía un papel importante en las ceremonias que se llevaban a cabo. Para los persas era Satevis una de las cuatro Estrellas reales guardianes del cielo.
Se trata de una supergigante roja, de clase M1 Iab, cuyo radio es de 624 millones de km, unos 700 radios solares. Si se situase en el centro de nuestro Sistema Solar, donde ahora está el Sol, su superficie se encontraría entre la órbita de Marte y la de Júpiter. Antares se encuentra a aproximadamente 600 años luz de la Tierra aproximándose a nosotros a la velocidad de 3.4 km/s: este valor es debido tanto a su movimiento propio como al desplazamiento orbital del Sol alrededor del centro de la Vía Láctea. Su luminosidad visual es 6.000 veces la del Sol, pero debido a que la estrella radia una considerable fracción de su luminosidad en el infrarrojo su luminosidad bolométrica es de alrededor de 65.000 veces la del Sol. Su masa se calcula que está en torno a 15 a 18 masas solares.2 Su descomunal tamaño en comparación con su masa da como resultado una densidad media muy baja, mucho menor que la del Sol.
Cerca del 31 de marzo son las mejores fechas para observar Antares porque es cuando la estrella se encuentra en oposición al Sol. En ese momento Antares sale en el crepúsculo y se oculta al amanecer. En esa situación es visible a lo largo de toda la noche, dependiendo, claro está, del lugar de la Tierra donde nos encontremos. Durante al menos dos o tres semanas antes y después del 30 de noviembre la estrella no es visible oculta por el deslumbrante Sol. Este periodo es más largo en el hemisferio norte debido a que la declinación de la estrella se sitúa significativamente hacia el sur del ecuador celeste.
A pocos minutos de arco al SO de Antares puede verse, con unos prismáticos, el cúmulo globular M4 como una bola de nieve algodonosa; a través de cualquier telescopio de aficionado se puede resolver en estrellas gigantes anaranjadas, cuyo color se aprecia en fotografías de larga exposición.